A 'Arte Poética' de Jorge Luis Borges

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M. C. Escher, Drawing Hands (1948)

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(Publicado originalmente no Recanto das Letras, em 11/dez/09)

Todo grande poeta já escreveu sobre o próprio escrever.

O processo de criação é senão mais um tema sobre o qual se debruçar, no esforço de dizer o que há entre a ‘coisa’ indefinível e o objeto da experiência sensível: a criação literária, ela mesma.

Jorge Luis Borges usa o intertexto de forma soberba em Arte Poética, metalinguagem da própria poesia.

Borges refere-se à transitoriedade da existência, conforme a concebe Heráclito pela metáfora das águas do “rio interminável que passa e fica”.

E louva o desejo pela simplicidade, simbolizado pelo retorno de Odisseu a sua Ítaca, ilha que é a própria arte “de verde eternidade, não prodígios”.

Como Shakespeare, Calderón de La Barca, e depois Pessoa, diz que “a vida é sonho”, se a “vigília é um outro sonho”, e o sonho é a “morte de cada noite”.

Borges refere-se ao espelho onde se fita Dorian Gray, cuja imagem imortal e perene, diametralmente oposta à grotesca criatura encarcerada entre as molduras da pintura, é a arte “que nos revela a própria cara”.

Assim, a transitoriedade e o sonho são antípodas da imagem ideal do artista e do desejo pela simplicidade, atributos da arte literária, que, imortal, ri-se do próprio criador, este fugaz e olvidável.

Eis o Poema:

Arte Poetica

Mirar el río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos como el río
Y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo,

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre. La poesía
Vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Itaca
Verde y humilde. El arte es esa Itaca
De verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.

Ivan Jorge Justen Luis Santana Borges, 2006.

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(fonte da imagem)
(fonte do poema)
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